Así ha sido llamado el terremoto del pasado 27 de febrero de 2010, pues gran parte de los edificios colapsados o con daños estructurales severos (en santiago, al menos), mantenían su fachada intacta. Quizá la estructura social chilena también sea hipócrita.
La ayuda los damnificados no se ha hecho esperar. China, Rusia, EEUU, el Reino Unido, Cuba, España, Argentina, Venezuela, Bolivia, Perú, Brasil y muchos países más han ofrecido y entregado ayuda humanitaria para las víctimas del sismo ¿pero qué con las víctimas de todos los días? Había gente en la calle desde antes ¿no fue el año antepasado que una mendiga que sabía leer dio un discurso televisivo para la Presidenta Bachellet? Todos tenemos demasiada mala memoria en este país. Antes del terremoto la gente de los departamentos básicos también vivía en condiciones indignas, la diferencia está en que la leña en los cubículos de la villa futuro, en Chiguayante, ahora la queman afuera.
Los desastres naturales son terribles, pero dejan ver una realidad muy importante: no somos todos iguales. Muchos ahora se llenan la boca diciendo que a todos se les movió el piso por igual, pero es cuestión de comparar a los ancianos, familias e inmigrantes del barrio yungay, o de todo santiago centro, con los departamentos de Vitacura y Lo Barnechea para darse cuenta de que sólo a algunos se les cayó el techo, sólo a algunos los maltrató el terremoto. A lo mejor las "marías" de los ricos tuvieron que limpiar los platos rotos, pero si comparamos el volumen de noticias de daños estructurales en el barrio alto (2 edificios reportados, ambos en Las Condes), con los de zonas de clase media / media-baja, tendremos el espectro de la pobreza país, de su ubicación. Es cierto: a todos se nos movió el piso, pero no todos eran anti sísmicos.
Da pena, mucha pena, ver cómo los politicos se aprovechan de las circunstancias para evitar los mea culpas (como en el cónclave de la concertación, o la derrota del PP en las pasadas elecciones), para evadir promesas de campaña (bonos y reformas, o añadir nuevas: como privatizar codelco), seguir posponiendo a los damnificados de siempre y atender a los dañados por el terremoto. Es curioso que casi siempre, ambas categorías de daño material, son las mismas. ¿acaso en chiguayante tienen dinero para pagar los abogados que demandaron a las empresas constructoras de Ñuñoa? No, claro que no, así que dificilmente recibirán una compensación económica por las molestias de que sus cajas de fósforos se rajaran enteras. Y es que el terremoto ha sido una excusa para meter a todos los pobres en el mismo saco, no el de los pobres del sistema, no el de los tipicos pobres "flojos" "poco emprendedores" "tontos" -según ellos-, sino que el de los pobres "SHILEEENOS", que levantan una bandera llena de barro, pensando que puede llegar algún dia a ser un símbolo de lo que realmente somos como país. Los pobres del terremoto son los pobres que se superan, que les regalan una mediagua, que luego con esfuerzo reconstruyen su casa, su pueblo, su escuela, su región; pero que tienen que volver a trabajar a la forestal, a la construcción, salir a pescar lo poco que les dejan, a vender en la micro, a vender en el mall, a atender el call center; y en definitiva, a ganar la misma miseria de sueldo que antes, porque por culpa del terremoto no quedó plata para dignificar su trabajo, para darle una buena calidad de vida. Los pobres del terremoto seguirán siendo pobres luego de recuperar sus viviendas, porque la razón de haber quedado en la calle es la falta de estudios, porque les metieron el dedo en la boca con una casa mal construida, porque les vendieron unas fuerzas armadas mal coordinadas, represoras; porque nunca les avisaron a tiempo con un sistema que era pagado por sus impuestos, y que les prometieron, era perfecto. Por eso, los damnificados del terremoto, somos los damnificados de siempre.
Tengo contabilizados 11 muertos por la acción de las fuerzas armadas en concepción y talca (según fuentes de la agrupación de DDHH de los 119). Fueron los militares penquistas quienes, alertados por las hordas (que nunca llegaron) de flaites de las poblaciones marginales aledañas, se armaron hasta los dientes y se atrincheraron a lo "comando" en los alrededores del estadio de concepción. Luego eran los dueños de camionetas y furgones los que saqueaban las tiendas. Pongo mis manos al fuego porque la mayor parte de los saqueadores tiene más de un televisor en su casa (desde antes del terremoto), ve mucha televisión abierta y lee poco: el perfil del chileno medio. No es que seamos una "raza de ladrones" o una "raza de holgazanes", que es lo que nos han dicho siempre, y que es la justificacion para el "fracaso"· de chile a nivel internacional; No, somos consumistas y flojos, porque eso es lo que nos dice todo lo que vemos: el mundial habia que verlo en HD, ahora tiene que ser en 3D, aunque provoque epilepsia y daños neurologicos; tenemos que tener ese refrigerador gigante, porque hay mucho que guardar; porque hay mucho que debemos comer; necesitamos el super equipo de música, porque si no es de 2600W de potencia, no es de "gente de bien"; tenemos que tener un celular "touch", porque es la moda que la lleva, porque tenemos que provocar envidia. La cultura del miedo, el consumismo y el capitalismo en general han dado como resultado de la ecuación al vandalismo, al salvajismo, a la usura, al robo; pero como consecuencia natural del medio en el que fuimos insertos, en el que se nos pide que lo hagamos todo fácil, todo inmediato, todo barato; pero también se nos pide que vigilemos al vecino, al que es moreno, al que es homosexual, al que es más joven, al que es más viejo, porque en cualquier momento nos viene a violar, a matar, a robar, a apuñalar, a secuestrar. Y es así como una vieja pide que los militares disparen (y terminaron matando a patadas a un linjera), cómo los milicos retirados casi matan a un periodista, cómo lanzamos un estado de sitio, luego de prometer que nunca más habría uno. Tenemos miedo, de no tener, de nuestro prójimo.
La raza chilena no es saqueadora, la publicidad lo es, el mercado lo es
Los terremotos no crean pobres, sólo los sacan a la luz.