miércoles, 13 de octubre de 2010
Una breve independencia
Procesos que desencadenan nuestra libertad fortuita
Antecedentes
1. Reformas borbónicas
Las reformas borbónicas son el resultado del cambio en la monarquía española (Sale la Casa de Habsburgo y entra la Casa Borbona). Los reyes, de origen francés, deciden implementar cambios en la estructura política, económica y cultural de España, como respuesta a la decadencia de dicho imperio en comparación con el resto de las potencias europeas, y como una forma de hacer entrar al humanismo y la ilustración a la idiosincrasia española, fuertemente medieval hasta entonces. Dichas reformas estaban orientadas a que la península (y más específicamente, La Corona) tuviera un mayor control sobre la vida económica de la colonia.
En el caso Chileno, el mayor flujo de productos desde España hacia América generó una saturación del mercado de ciertos productos, bajando su precio y produciendo el empobrecimiento y quiebra de muchos comerciantes locales. La designación de cargos desde España, la remoción de otros en América, como la competencia que se generó entre criollos y peninsulares, molestaron a la aristocracia Chilena, que sin cuestionar a la autoridad real, desaprobaba severamente su accionar.
La expulsión secreta de La Compañía de Jesús fue hecha a finales del siglo XVIII, por el creciente poder político y económico de dicha orden, así como también la contraposición de las ideas políticas jesuitas y de la corona: Por una parte los jesuitas defendían la idea de que el poder divino el rey emanaba del pueblo (por ende, el pueblo lo podía destituir), y por otro, la corona insistía en que su poder divino emanaba del propio Dios, a través del Papa, dejando de lado la soberanía popular. Si bien no tuvo repercusiones políticas, tuvo malas consecuencias económicas y culturales: Las tierras y escuelas, antes bien administradas por jesuitas, pasaron al control y mala gestión de la corona. En poco tiempo dichos bienes dejaron de generar ganancias y el clima de crisis se hizo más tenso.
2. Secuestro del Rey Fernando VII.
Como parte de las campañas napoleónicas, el rey Fernando VII es secuestrado, y en su lugar se designa a José Bonaparte, hermano de Napoleón Bonaparte, como Rey de España. La reacción de las colonias fue de incertidumbre y rechazo al nuevo régimen. En Chile se convocó a diversas reuniones para “guardar” el poder del Rey Fernando VII, no reconociendo la autoridad de José Bonaparte, e instaurando gobiernos autónomos locales provisorios. A su regreso, Fernando VII se encontró con una América en proceso de independencia y decidió tomar medidas drásticas para evitar mayores revueltas, creando una policía política y aboliendo cualquier cambio realizado (por independentistas o el Rey José Bonaparte) entre su captura y vuelta al poder. En esta época fue visto más como reaccionario, intolerante y pretencioso más que como un rey bondadoso recién regresado de su secuestro.
3. Influencias independentistas en la aristocracia Criolla.
Desde Francia y Estados Unidos llegaban a Chile noticias sobre revueltas antimonárquicas. La independencia de dichos países sienta el precedente en la aristocracia criolla de la posibilidad de independencia y trae consigo una serie de nuevas ideas: la libertad, la igualdad, el libre comercio, la libertad de culto, la soberanía popular, todas contrapuestas al régimen Español.
A su vez, los barcos contrabandistas de Francia e Inglaterra, sugieren que una independencia de España abarataría los costos de las mercancías, y le reportaría más beneficios a la zona. En respuesta a estas dos situaciones, algunos círculos de intelectuales y mercaderes chilenos ven la independencia de Chile como una posibilidad y una necesidad, en orden de satisfacer las ambiciones económicas y políticas de la aristocracia nacional, vapuleada por las reformas borbónicas.
4. Gobierno de García Carrasco.
En el año 1808, asume como gobernador de Chile Francisco Antonio García Carrasco, un militar exitoso con pocas dotes diplomáticas, proveniente de Concepción, ciudad históricamente enemistada con Santiago. García Carrasco decreta nuevos impuestos a la capital y se gana la antipatía de la aristocracia santiaguina, mientras que en concepción confisca el buque de contrabando Scorpion y se reparte los bienes que éste traía entre él y sus cercanos, en vez de entregarlo al fisco. Como si lo anterior le pareciese poco, se enemista con el Virrey del Río de la Plata, Baltasar Hidalgo de Cisneros, al llamarlo inepto para combatir los vientos independentistas que se sienten en Buenos Aires. Por todo esto, Antonio García pierde el respeto y la autoridad frente a la aristocracia criolla, a la que le urge destituirlo, generándose uno de los primeros levantamientos en Chile en contra de un poder designado por la corona.
Su destitución fue aprovechada por los independentistas para dejar en el poder a Don Mateo de Toro y Zambrano, un anciano muy dócil, fácilmente manipulable y conciliador. Su llegada a la gobernación de Chile fue un paso más hacia una primera junta de gobierno, y en ella éste no tuvo problemas en proclamar libre a Chile, en tanto se reconociera la autoridad real.
5. La (no) industria colonial
Uno de los factores más influyentes para la independencia es la no producción de bienes con alto valor agregado. La corona española hizo a sus colonias dependientes de sus productos manufacturados, como armas, muebles, telas, etc. Las colonias, si bien tuvieron intentos de producir estos bienes, no fueron suficientes como para abastecer a todo el continente. Producto de lo anterior, la Nueva España se hizo muy dependiente de las mercancías que llegaban desde Europa, sea en los navíos oficiales (y luego de registro), como del contrabando inglés y francés. Los virreinatos de Nueva España y de Nueva Granada, por su cercanía al “puerto oficial” vieron los bienes de alto valor agregado más baratos que el Virreinato del Perú, y por consiguiente Chile, quienes, debido a su lejanía obtenían dichos productos mucho más caros de lo que llegaban, empobreciendo a la zona. Esto también generó un intercambio desigual de productos, en donde salían de Chile Bienes y oro, y sólo entraban mercancías, lo que para términos prácticos era una pérdida constante de recursos (dado a que la moneda de la época era metálica) que no era retribuida por la metrópoli en mejoras administrativas o materiales . Con el tiempo esta situación se fue acrecentando, sin que las colonias pudieran darse cuenta del problema de fondo, pero la situación económica del continente ya estaba arruinada.
El proceso de independencia
La primera junta de gobierno chilena, más que un alzamiento independentista, fue el reflejo del miedo de la aristocracia chilena a autogobernarse, en donde deciden “guardarle” el poder al rey Fernando VII. Prueba de ello es que luego de que el dócil Mateo de Toro y Zambrano entregara el poder, la Junta de Gobierno reconoció a todos los cargos, autoridades e instituciones españolas en américa. Sólo el alienante discurso de José Miguel Infante pudo transformar esa conservadora reunión aristócrata en un protogobierno.
La dualidad entre miedo a autogobernarse y la obligación moral, política y económica de hacerlo de la oligarquía fue utilizado por los “alzados” (Comerciantes, Mercaderes, Aristócratas liberales e intelectuales antimonárquicos) para instaurar un gobierno propio, que fue duramente criticado por una gran parte de la población. La junta de Gobierno de 1810 no fue representativa de la aristocracia nacional, pues “se perdieron” las invitaciones de muchos realistas y penquistas, quienes no participaron del encuentro, y por ende, no vertieron sus opiniones al respecto. Para solucionar este problema se convoca a elecciones para conformar el primer Congreso Nacional, que se inaugura en julio de 1811 y da un paso más (quizá sin que los involucrados realistas se den cuenta) hacia la independencia.
Luego de la Junta de Gobierno de 1810 y de la conformación del Congreso Nacional, José Miguel Carrera decide que los medios regulares son demasiado lentos y se toma el poder en noviembre y diciembre de 1811, cerrando el congreso nacional y enemistándose con los que fueran sus compañeros de gobierno, Martínez de Rozas y José Marín. Sus obras fueron polémicas, especialmente su constitución, que niega el poder de España sobre Chile (paradójicamente, uno de los pocos puntos que convence de la “independencia” a muchos aristócratas), rompe relaciones con el Virreinato del Perú y consagra la soberanía popular.
Cabe destacar que la independencia no es una lucha de clases, como proponen algunos historiadores, porque si bien se contraponen proyectos políticos característicos de la Burguesía y la Aristocracia, en la práctica no hay una lucha por el control de los medios de producción o la distribución de la riqueza. Un proletario es proletario, no por ser comunista o anarquista, sino por trabajar asalariado para un capitalista, arrendando su fuerza de trabajo. Los puntos discutidos en la independencia de nuestro país no son otra cosa que la organización política, lo que en ningún caso define la “clase”. Ni si quiera podríamos hablar de una lucha “entre clases”, pues tanto la burguesía como la aristocracia se cuadran con uno y otro bando dependiendo de su conveniencia.
Volviendo a la historia lineal, luego de una junta de gobierno en 1813 y una desastrosa campaña militar de Carrera y O'higgins, la Corona española vuelve a conquistar Chile, designando como gobernador a Mariano Osorio, y luego a Casimiro Marcó del Pont, dos déspotas que gobernaron nuestro país con mano de hierro y realizaron grandes persecuciones políticas, si bien no hubieron mayores revueltas militares más que las escaramuzas muy bien representadas en la leyenda de Manuel Rodríguez.
El gran error cometido por los españoles fue recuperar sus colonias con violencia y represión. Fue más el resentimiento provocado por los excesos y la actitud reaccionaria de los gobiernos entrantes que un ideal político definido lo que provocaría el apoyo de las aristocracias locales a los independentistas. La clausura de el instituto y la biblioteca nacional fueron acciones más simbólicas que pragmáticas de la corona, innecesarias políticamente hablando, y que le dieron al nuevo gobierno una imagen maligna y retrógrada a los ojos criollos. La eficaz persecución política realizada por Marcó del Pont tensionó lo suficiente a la aristocracia y molestó lo suficiente a las clases populares como para que se plegaran al ejército libertador en cuanto éste llegara.
Luego de la Batalla de Maipú, el gobernador supremo más lógico para Chile sería San Martín, pero éste estaba demasiado ocupado en su campaña para eliminar el virreinato del Perú y consagrar la independencia de la región sin amenaza alguna de parte de España. Para suplir este vacío se le pide al ambicioso O'higgins que asuma en el cargo de Director Supremo de la República de Chile.
En el poder, O'higgins se enemistó con la aristocracia al suprimir los títulos de nobleza, los mayorazgos, escudos familiares y la esclavitud. Y con el bajo pueblo al suprimir las corridas de toros, peleas de gallos, ramadas, juegos de azar y procesiones nocturnas. Si bien fue demócrata en su tiempo, prontamente se convetiría en un predecesor -quizá con mayor sensibilidad social- de Portales, abogando por un ejecutivo fuerte en tanto el pueblo no esté preparado para ejercer política, quizá como una manifestación de su ego y autosuficiencia. La insensatez de O'higgins para realizar reformas políticas, el asesinato de Carrera y sus ambiciones de gobernar por 10 años más lo sepultaron políticamente. En el año 1823 se le pide su renuncia, y tras un breve período de resistencia, éste abdica y se exilia en Perú.
Irónicamente, en el tiempo de ensayos constitucionales y el primer gobierno de la república conservadora, habrán sectores de la aristocracia que piden el regreso de O'higgins al poder, como único líder capaz de organizar eficiente y ordenadamente el país.
Balance de la independencia
La independencia es el resultado inevitable de una seguidilla de errores políticos de la dinastía Borbona. Si bien las bases para la revolución fueron hechas por la casa de Habsburgo, la solución a dichos problemas no era otra cosa que abogar por los intereses de américa y no de la corona. De haber dado más libertades y derechos a las colonias los oligarcas no hubieran visto en la independencia una forma de aumentar sus ganancias económicas.
Otro punto a considerar es el poder político y militar que tienen las familias aristócratas criollas. Cada familia aristócrata se adjudicaba una cierta cantidad de trabajadores inquilinos, peones y encomendados que cumplían diversas funciones al interior de las haciendas. La Hacienda, más que un espacio de convivencia y desarrollo del trabajo, era un feudo. Los trabajadores de las haciendas podían cultivar la tierra como tomar las armas de su patrón si éste lo requiere, y en los momentos en que se herían las sensibilidades -políticas, religiosas o económicas- de la pretenciosa aristocracia, ésta no dudaba en recurrir a su pequeño batallón de esclavos si fuese necesario. El bajo pueblo no tuvo nunca participación ni menos poder político, pero fue un garrote muy eficaz de la oligarquía. Este fenómeno se mantuvo incluso hasta las disputas de poder entre conservadores y liberales a mediados del siglo XIX.
Por último, es necesario decir que la independencia no cambió ninguna estructura histórica. El poder económico, político y militar, si bien cambió en la forma de orgnizarse, seguiría siendo propiedad de unos pocos hasta el siglo XX, y los procesos y cambios sociales se seguirían dando en función de los intereses de la oligarquía. Con la entrada en crisis de la identidad aristocrática a principios del 1900 y el nacimiento de movimientos juveniles burgueses por una mejor distribución de la riqueza, recién podríamos hablar de una República de Chile alejada del modelo de poder político colonial, modelo que perdura hasta nuestros días en las forma de producción en las que se sustenta nuestra economía.
sábado, 26 de junio de 2010
El patriotismo de la caja idiota
jueves, 27 de mayo de 2010
La universidad como peldaño social??
Ya no se cuántas veces he escuchado a políticos, panelistas, opinólogos y pseudo líderes de opinión decir que hay que fortalecer el acceso a la universidad, que hay que tener universidad para todos, que es muy importante que todos vayan a la universidad, que la universidad es el motor de movilidad social de esta sociedad… En fin. Tantas utopías sobre la universidad que ya me hastíe, y diré lo que hasta ahora nadie a dicho en TV por temor a quedar mal: LA UNIVERSIDAD NO SIRVE NI UN CARAJO PARA “SER MÁS”.
Si pensamos en el sistema de sueldos como una pirámide (aunque a mi no me guste), necesitamos pocos profesionales, un poco más de técnicos profesionales y muchísimos técnicos a secas. Es sólo así cómo un médico o un ingeniero pueden ganar 30 veces lo que el tipo que le saca la mierda del baño (asumiendo que ya no queda nada de altruismo y nos quedamos sólo con el arribismo). La gente sigue pensando que si mandan a su prole (muchas veces en contra de su voluntad) a la educación superior, no importando lo rasca, grasa, poco seria o patética que sea la casa de estudios, en efecto ganarán más que el papá que es obrero, que “con esfuerzo sacamos a la siguiente generación adelante”.
La realidad está muy lejos de aquello. El mejor estudiante de Chile es un campesino en Singapur según la prueba PISA (eso sin desmerecer a los campesinos). Como los mejores estudiantes entran a las 3 o 4 mejores universidades, las mejores universidades de Chile no le llegan ni a los talones a las del mundo desarrollado: en fondos, infraestructura y calidad docente. Ya partimos mal: somos malos estudiantes en la media, seremos mediocres estudiantes en la u.
Si juntamos a todos los egresados de ingeniería comercial, sólo del año 2009, encontraríamos, a lo menos, 2000. Si juntamos a todos los egresados de pedagogía que no serán más que radios repitiendo lo que por osmosis le pudo entrar en el mate, quizá encontremos unos 3000 anuales. Lo cierto es que no hay tanto trabajo, ni hay tanta necesidad de reproductores de materia. Es así cómo algunas carreras quedan en casi una estafa, como ingeniería comercial en administración de empresas, arquitectura, periodismo, leyes, pedagogía, sociología, artes, música, otras ingenierías con menos campo, y la lista suma y sigue. Tarde o temprano aparecerían las bromas de “cesante ilustrado”.
A medida de que pasa el tiempo, las universidades privadas buscan nuevos mercados para formar a más “generaciones emprendedoras”, abriendo nuevas carreras con más campo laboral (como la reciente incorporación de medicina a la UPV), o inventándose otras sin ningún campo laboral (como especialista en Word, Power Point, Excel y Outlook, del Instituto Sersoft), o dando a conocer carreras casi olvidadas, como la óptica. Por supuesto que durante los primeros años de carrera, cuando hay pocos aspirantes y pocos egresados, la mentira será encubierta por más tiempo, pero de aquí a 10 años las estafas se habrán acabado, y todas las “generaciones emprendedoras” estarán cesantes o con un sueldo mísero y en condiciones míseras. O bien limpiando baños, igual que su generación anterior “esforzada”.
Parece terrible, y uno pensará cómo un empleador puede querer gente que tenga un título pegado con mocos. La verdad es que si quieren un título pegado con mocos, porque ya estarán recibiendo alumnos de media con un certificado de estudios pegado con mocos. Los cargos importantes los llenará la gente bonita de universidades bonitas, y el resto, la plebe mal pagada y desesperada que hará trabajos automatizaos en computadores, sin profundizar más allá de su labor. Es negocio redondo, para todos menos para quien me lea y esté en el Instituto Sersoft.
Y en cualquier caso, no faltan los inmigrantes que vienen escapando de un mal sistema, cobran una miseria que en su país es riqueza y terminan bajando igual los sueldos y la cantidad de trabajos para los Chilenos. No soy xenofóbico, respeto mucho a los extranjeros, y creo que así como yo debería poder ir a vivir a donde se me de la gana (al fin y al cabo, este mundo es de todos), los estadounidenses, chinos, ecuatorianos, peruanos, bolivianos, sudafricanos, antillanos, Burkina facenses, etc, etc, etc, tienen derecho a vivir aquí. La cosa es que con buenos sueldos, en su país y acá.
Si la educación básica fuera buena, los estudiantes desarrollarían habilidades que les permitirían profundizar conocimientos y destrezas en la media. En la media serían más sociables y quizá, incluso, personas ya hechas y derechas. Entonces todo el mundo sabría lo que quiere ser, si barrendero, médico o electricista, y como a tantos les daría flojera estudiar más de los 12 años del colegio, habrían pocos aspirantes a la universidad, y las úes rasca quebrarían por la ley de mercado.
Pero eso nos sigue dejando a… la ley del mercado. La fuerza de trabajo también es un producto que nosotros vendemos. Sea con nuestro intelecto o con nuestro cuerpo, vendemos productividad, y el mercado tiende a elegir lo más barato. Como hay una colusión de compradores (y en este caso, al no haber ni sindicatos ni conciencia social, ellos ponen el precio de la mano de obra), ellos querrán pagarle menos al barrendero, un poquito más al electricista (para que mire en menos al barrendero) y mucho al médico (porque la carrera es cara y el médico es hijo del empleador, y debe mirar en menos a todos los demás). Por consiguiente, todos querrán ser médicos, pero no todos tendrán el dinero del empleador. Ahí es donde aparecen de nuevo las úes rasca.
Parece un círculo vicioso, pero no lo es. La universidad de chile y la Universidad católica fueron durante mucho tiempo las únicas universidades tomadas en cuenta en nuestro país. Y podrían seguir siéndolo sin que nadie perdiera nada. La universidad solía ser gratuita en las úes estatales, y todos nuestros jefes y políticos estudiaron bajo ese sistema gratuito, financiado por las empresas estatales que ya se vendieron, y por los impuestos que los ricos ya no pagan. Una mayor equidad de sueldos, y una mayor conciencia de que, en tanto el trabajo sea productivo, es igualmente digno y le da a esa persona el mismo derecho a desarrollarse con su tiempo libre y dinero, lograrán que no existan trabajos soñados, pues cada cuál hará lo que más le acomode. Y algún incentivo se le dará si falta. Un sistema piramidal no es necesario, y de hecho, sin él, no habría necesidad de mandar a los hijos a aprender estupideces a centros de estafa, desestabilizando los trabajos y la calidad de vida a futuro.
Tenemos muchísimos estudiantes universitarios. En el futuro tendremos muchísimos cesantes y pobres. Tenemos muchísimos pobres y los seguiremos teniendo en el futuro si no cambiamos la estructura mental y social imperante. De hecho, si no lo hacemos, en un futuro inevitablemente seremos nosotros los pobres (a menos que mi estimado lector viva en Vitacura, Lo Barnechea, La Reina alto o Peñalolén alto, o sea narcotraficante). Quizá podamos comer, pero comer, beber y dormir no es vivir, es subsistir. Sin mejorar la educación, nuestros salarios, condiciones de vida y conciencia, seguiremos subsistiendo.
domingo, 2 de mayo de 2010
1º de mayo
¿En qué consiste mi crimen?
En que he trabajado por el establecimiento de un sistema social en que sea imposible el hecho de que mientras unos amontonan millones utilizando las máquinas, otros caen en la degradación y en la miseria. Así como el agua y el aire son libres para todos, así la tierra y las invenciones de los hombres de ciencia deben ser utilizadas en beneficio de todos. Vuestras leyes están en oposición con las de la Naturaleza, y mediante ellas robáis a las masas el derecho a la vida, a la libertad y al bienestar...Es cierto que tengo relaciones con mis compañeros de proceso, pero a algunos sólo los conozco por haberlos visto en reuniones de trabajadores. No niego tampoco que haya yo hablado en varios mítines, afirmando que si cada trabajador llevase una bomba en el bolsillo, pronto sería derribado el sistema capitalista imperante. Esa es mi opinión y mi deseo.
Yo no combato individualmente a los capitalistas; combato el sistema que da el privilegio. Mi más ardiente deseo es que los trabajadores sepan quiénes son sus enemigos y quiénes son sus amigos. Todo lo demás yo lo desprecio; desprecio el poder de un Gobierno inicuo, sus policías y sus espías. Nada más tengo que decir”.Discurso de George Engel ante el tribunal que lo condenó a la horca en Chicago.
miércoles, 28 de abril de 2010
La nueva raza humana
miércoles, 21 de abril de 2010
El Terremoto Hipócrita y los damnificados de siempre.
Así ha sido llamado el terremoto del pasado 27 de febrero de 2010, pues gran parte de los edificios colapsados o con daños estructurales severos (en santiago, al menos), mantenían su fachada intacta. Quizá la estructura social chilena también sea hipócrita.
La ayuda los damnificados no se ha hecho esperar. China, Rusia, EEUU, el Reino Unido, Cuba, España, Argentina, Venezuela, Bolivia, Perú, Brasil y muchos países más han ofrecido y entregado ayuda humanitaria para las víctimas del sismo ¿pero qué con las víctimas de todos los días? Había gente en la calle desde antes ¿no fue el año antepasado que una mendiga que sabía leer dio un discurso televisivo para la Presidenta Bachellet? Todos tenemos demasiada mala memoria en este país. Antes del terremoto la gente de los departamentos básicos también vivía en condiciones indignas, la diferencia está en que la leña en los cubículos de la villa futuro, en Chiguayante, ahora la queman afuera.
Los desastres naturales son terribles, pero dejan ver una realidad muy importante: no somos todos iguales. Muchos ahora se llenan la boca diciendo que a todos se les movió el piso por igual, pero es cuestión de comparar a los ancianos, familias e inmigrantes del barrio yungay, o de todo santiago centro, con los departamentos de Vitacura y Lo Barnechea para darse cuenta de que sólo a algunos se les cayó el techo, sólo a algunos los maltrató el terremoto. A lo mejor las "marías" de los ricos tuvieron que limpiar los platos rotos, pero si comparamos el volumen de noticias de daños estructurales en el barrio alto (2 edificios reportados, ambos en Las Condes), con los de zonas de clase media / media-baja, tendremos el espectro de la pobreza país, de su ubicación. Es cierto: a todos se nos movió el piso, pero no todos eran anti sísmicos.
Da pena, mucha pena, ver cómo los politicos se aprovechan de las circunstancias para evitar los mea culpas (como en el cónclave de la concertación, o la derrota del PP en las pasadas elecciones), para evadir promesas de campaña (bonos y reformas, o añadir nuevas: como privatizar codelco), seguir posponiendo a los damnificados de siempre y atender a los dañados por el terremoto. Es curioso que casi siempre, ambas categorías de daño material, son las mismas. ¿acaso en chiguayante tienen dinero para pagar los abogados que demandaron a las empresas constructoras de Ñuñoa? No, claro que no, así que dificilmente recibirán una compensación económica por las molestias de que sus cajas de fósforos se rajaran enteras. Y es que el terremoto ha sido una excusa para meter a todos los pobres en el mismo saco, no el de los pobres del sistema, no el de los tipicos pobres "flojos" "poco emprendedores" "tontos" -según ellos-, sino que el de los pobres "SHILEEENOS", que levantan una bandera llena de barro, pensando que puede llegar algún dia a ser un símbolo de lo que realmente somos como país. Los pobres del terremoto son los pobres que se superan, que les regalan una mediagua, que luego con esfuerzo reconstruyen su casa, su pueblo, su escuela, su región; pero que tienen que volver a trabajar a la forestal, a la construcción, salir a pescar lo poco que les dejan, a vender en la micro, a vender en el mall, a atender el call center; y en definitiva, a ganar la misma miseria de sueldo que antes, porque por culpa del terremoto no quedó plata para dignificar su trabajo, para darle una buena calidad de vida. Los pobres del terremoto seguirán siendo pobres luego de recuperar sus viviendas, porque la razón de haber quedado en la calle es la falta de estudios, porque les metieron el dedo en la boca con una casa mal construida, porque les vendieron unas fuerzas armadas mal coordinadas, represoras; porque nunca les avisaron a tiempo con un sistema que era pagado por sus impuestos, y que les prometieron, era perfecto. Por eso, los damnificados del terremoto, somos los damnificados de siempre.
Tengo contabilizados 11 muertos por la acción de las fuerzas armadas en concepción y talca (según fuentes de la agrupación de DDHH de los 119). Fueron los militares penquistas quienes, alertados por las hordas (que nunca llegaron) de flaites de las poblaciones marginales aledañas, se armaron hasta los dientes y se atrincheraron a lo "comando" en los alrededores del estadio de concepción. Luego eran los dueños de camionetas y furgones los que saqueaban las tiendas. Pongo mis manos al fuego porque la mayor parte de los saqueadores tiene más de un televisor en su casa (desde antes del terremoto), ve mucha televisión abierta y lee poco: el perfil del chileno medio. No es que seamos una "raza de ladrones" o una "raza de holgazanes", que es lo que nos han dicho siempre, y que es la justificacion para el "fracaso"· de chile a nivel internacional; No, somos consumistas y flojos, porque eso es lo que nos dice todo lo que vemos: el mundial habia que verlo en HD, ahora tiene que ser en 3D, aunque provoque epilepsia y daños neurologicos; tenemos que tener ese refrigerador gigante, porque hay mucho que guardar; porque hay mucho que debemos comer; necesitamos el super equipo de música, porque si no es de 2600W de potencia, no es de "gente de bien"; tenemos que tener un celular "touch", porque es la moda que la lleva, porque tenemos que provocar envidia. La cultura del miedo, el consumismo y el capitalismo en general han dado como resultado de la ecuación al vandalismo, al salvajismo, a la usura, al robo; pero como consecuencia natural del medio en el que fuimos insertos, en el que se nos pide que lo hagamos todo fácil, todo inmediato, todo barato; pero también se nos pide que vigilemos al vecino, al que es moreno, al que es homosexual, al que es más joven, al que es más viejo, porque en cualquier momento nos viene a violar, a matar, a robar, a apuñalar, a secuestrar. Y es así como una vieja pide que los militares disparen (y terminaron matando a patadas a un linjera), cómo los milicos retirados casi matan a un periodista, cómo lanzamos un estado de sitio, luego de prometer que nunca más habría uno. Tenemos miedo, de no tener, de nuestro prójimo.
La raza chilena no es saqueadora, la publicidad lo es, el mercado lo es
Los terremotos no crean pobres, sólo los sacan a la luz.
miércoles, 14 de abril de 2010
Terrorismo Nuclear
viernes, 29 de enero de 2010
pájaros prohibidos
Los presos politicos uruguayos no pueden hablar sin permiso, ni silbar, ni sonreir, cantar, caminar rapido, ni saludar a otro preso. Tampoco pueden dibujar ni recibir dibujos de mujeres embarazadas, parejas, mariposas, estrellas ni pájaros.
Didasko Pérez, maestro de escuela, torturado y preso "por tener ideas ideologicas", recibe un domingo la visita de su hija Milay, de 5 anos. La hija le trae un dibujo de pájaros. Los censores de la prisión se lo rompen en la entrada de la cárcel.
Al domingo siguiente, Milay le trae el dibujo de árboles. Los árboles no están prohibidos y el dibujo pasa. Didasko le elogia la obra y le pregunta por los circulitos de colores que aparecen en las copas de los árboles, muchos pequenos circulitos entre las ramas:
-son naranjas? qué frutas son?
-ssshhhhhhhh!!
Y en secreto, explica:
-Bobo. No ves que son ojos? Los ojos de los pájaros que te traje a escondidas.
*** www.suteva.org / no es mio jaja